jueves, 6 de marzo de 2008

Mancha urbana

OPINION
Otra vez un fuerte chaparrón inundó Buenos Aires

BERTO GONZALEZ MONTANER .

Editor jefe de Diario de Arquitectura
bmontaner@clarin.com

Alucinante, la última obra de Zaha Hadid.

Unas estaciones de tranvía recién inauguradas en Innsbruck, Austria , que como sucedió con el Fosterito de Bilbao (las estaciones de subterráneo diseñadas por Norman Foster) van a dar que hablar al mundillo arquitectónico. Es que parece que Zaha le encontró la vuelta a sus manías proyectuales: esas geometrías complejas a las que nos tiene acostumbrados, que por mucho tiempo lucieron mejor y fueron más sugerentes en la pantalla de la computadora que en la realidad. Pero ahora la tecnología parece haberse puesto a la altura de sus aspiraciones estéticas.

Con los vidrios de doble curvatura logra darle forma casi inmaterial a las cubiertas de las estaciones del Nordpark Cable Railway. Así, con ingenio, perseverancia e innovación tecnológica logra resolver problemas de infraestructura.

¡Qué contraste con lo que pasa por estas latitudes! Otra vez un fuerte chaparrón inundó Buenos Aires. Un flagelo recurrente que lleva décadas sin solucionarse. Y que seguramente empeorará por los efectos del cambio climático. Muchas veces se ha dicho que la falta de espacios verdes y la progresiva impermeabilización del suelo por el crecimiento de la mancha urbana son factores que agravan el problema. En las páginas 10 y 11, Margarita Charriere, Enrique García Espil y Heriberto Allende proponen, con algunas diferencias, crear un sistema de parques metropolitanos y corredores verdes que estructuren la ciudad. Como explican los especialistas en hidráulica, el gran problema fue que la lluvia comenzó en el oeste bonaerense y colmó el arroyo Maldonado.

Cuando la tormenta llegó a la Ciudad, los desagües no dieron abasto. Nunca más claro que la ciudad no termina en la General Paz, si no que su suerte está ligada al resto del área metropolitana.

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