20/02/08
RESTOS DE COTILLON. BOMBEROS, AYER POR LA MAÑANA, AL INGRESAR AL EDIFICIO. 
El edificio que ardió más de 30 horas no podía funcionar como depósito
Sólo tenía la planta baja y un entrepiso habilitados como local comercial. En los pisos superiores, donde se inició el fuego, los bomberos hallaron gran cantidad de elementos inflamables: plásticos, cartón y aerosoles.
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El Gobierno porteño confirmó que el negocio de cotillón que se incendió en Once no tenía habilitación para funcionar como depósito. Y pese a que los dueños del local desmintieron que allí funcionara uno, los bomberos de la Federal constataron ayer que en los pisos superiores, el lugar en donde se inició el fuego, había una gran cantidad de mercadería altamente inflamable: plásticos, papeles, cartones y aerosoles. De hecho, anoche, seguían combatiendo los últimos focos. Fueron más de de 30 horas de trabajo para el incendio récord, ya que no se recuerda otro en la historia de la Ciudad que haya demorado tanto en controlarse.La Agencia de Control Comunal detalló que la empresa había recibido la habilitación el 13 de julio de 2007 y que sólo podía operar, entre la planta baja y el entrepiso, como local de venta. La Agencia es un ente con presupuesto y personal propios creada sólo cuatro días después de la asunción del nuevo Gobierno porteño. Ayer ningún funcionario le pudo explicar a Clarín con cuántos inspectores trabajan o si intensificarán los controles en esta zona de la Ciudad. Allí, y a raíz del incendio de "Ciudad Cotillón", los vecinos denunciaron la existencia de otros depósitos no declarados.Pese a que anoche el fuego persistía en el interior del edificio de Lavalle 2257, entre Pasteur y Uriburu, el jefe del operativo de bomberos, el comisario Omar Bravo, descartó el peligro de derrumbe. "El edificio está muy inestable, pero gracias a que ha sido construido con hierros de un diámetro muy grueso tiene una buena resistencia", dijo. Por su parte la Guardia de Auxilio precisó que se hará "un apuntalamiento del edificio planta por planta". Por la tarde el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, estuvo en el lugar del incendio y confirmó que el edificio no estaba habilitado como depósito. "Acá faltó control previo", dijo Macri. Y advirtió que la Agencia de Control hará un reempadronamiento de todos los comercios. Ernesto Bobek Cáceres, el abogado de los hermanos Washington y Luis Cheme, dueños de "Ciudad Cotillón", le dijo ayer a Clarín que "podría haber habido mercadería almacenada, pero de camino hacia algún lugar, transitoriamente. En todo caso los dueños desconocían esta situación y niegan
que en los pisos superiores hubiera un depósito formal". Pero el comisario Bravo dejó en claro que el edificio estaba lleno de plásticos, pilas, cartones, papeles y aerosoles: "Encontramos desde papel picado, hasta luces de los árboles de Navidad, adornos, espuma en aerosol y mucho plástico, por eso las columnas de humo negro. El quinto piso estaba lleno de bolas navideñas", contó. Y confirmó que hubo caída de mampostería dentro del edificio y que se derrumbaron las escaleras internas del tercer y cuarto piso.Preocupado, ayer un empleado de "Ciudad Cotillón" seguía atentamente el trabajo de los bomberos. Pidió no ser identificado pero le dio a Clarín detalles del lugar: "La mayoría estábamos abocados a un nuevo proyecto, accesorios para la decoración de tortas. Y una buena parte de la gente trabajó sábado y domingo pintando el quinto piso, pero nunca se retiró la mercadería del lugar. Se cubrieron las cosas con nylon y en el lugar quedaron latas de aguarrás, solvente y pintura". El empleado denunció que el edificio no era seguro: "Había cinco matafuegos y el lunes solo funcionó uno. No había mangueras, las ventanas estaban enrejadas y el fuego bajaba por las escaleras, que estaban recubiertas con una alfombra de goma que, evidentemente, no era ignífuga. Pensar que cuando entré a trabajar lo primero que hice fue mirar por donde iba a huir si un día pasaba algo". Y ese día llegó. El lunes cerca de las 15 se desató un foco de incendio que se propagó en cuestión de minutos y que los bomberos seguían combatiendo anoche. Recién cuando se apague el fuego se realizarán las pericias para determinar que pasó.Con respecto a la cantidad de horas que demandó el trabajo de los bomberos, Bravo aclaró: "Cuando llegamos al lugar ya había cinco pisos en llamas. Las losas comenzaron a moverse y resquebrajarse como gelatina". "Hubiera sido un suicidio mandar ahí adentro a los bomberos. Había que atacar el fuego desde afuera. Y el contrafrente tenía pocos lugares para hacerlo. Por eso se hizo más lento", concluyó el comisario.
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