Construcciones sin plan urbano

EDITORIAL CLARÍN 19/01/08

El crecimiento sin pautas racionales está provocando en la Ciudad de Buenos Aires una serie de efectos negativos cuyo principal rasgo es el deterioro de la calidad del medio ambiente.

Exceso de edificación en muchas zonas, ocultamiento del río, permisividad en materia de contaminación y falta de espacios verdes son rasgos que provocan perturbaciones de diferente tipo, entre las cuales se encuentra el efecto "isla de calor", que hace que las altas temperaturas persistan aun por la noche y que las temperaturas mínimas del verano estén por encima de las que se registran en las afueras de la Ciudad.

La proliferación de edificaciones está causando una severa modificación en el paisaje de muchos barrios, los cuales están perdiendo perfiles tradicionales y muchas casas y edificios relativamente bajos están perdiendo sus vistas.Palermo y Caballito son algunas de las zonas más afectadas. Caballito, con 54 torres levantadas en dos años en sólo 59 manzanas, se transformó en la zona más densamente poblada del país y el fenómeno sigue avanzando.

La saturación de construcción afecta, por otra parte, la provisión de servicios públicos, en perjuicio de los vecinos.Otras torres que se están levantando en las cercanías del Río de la Plata podrían afectar el ingreso de brisas que renuevan el aire disponible.

Todo este cuadro responde a una omisión cada vez más sentida: la del Plan Urbano Ambiental que sigue sin terminar de definirse y sancionarse.Este instrumento debe orientar racionalmente el desarrollo de la Ciudad, privilegiando el equilibrio de los barrios y la mejora de la claridad ambiental, subordinando las obras públicas y los emprendimientos privados a la planificación urbana.

El crecimiento urbanístico sin planificación está alterando la vida de muchos barrios, afectando la vida de los vecinos y provocando alteraciones ambientales. Hay que compatibilizar obras públicas y emprendimientos privados con la planificación.